ILUSTRACIÓN POR ISABEL GÓMEZ @CIEGASORDOMUDA

Escrito por Pamelia Castillo @pameliacastillo

¿Cuántas veces hemos criticado el vestido “horrible” de la mujer que tiene un cuerpo perfecto?, ¿cuántas veces hemos dejado de invitar a la más bonita al paseo?, ¿cuántas veces le hemos dicho perra, loba o puta a otra mujer? (Me imagino que varias) Y, ¿cuántas veces vamos a seguir haciéndolo? (Espero que no tantas) 

Las mujeres somos las mejores cuando nos lo proponemos, las mejores para alcanzar metas, las mejores para hacer lo que queramos, lo que se nos de la gana en palabras más comunes, incluso cuando eso que queremos es destruir a otra mujer y justo ahí es cuando deberíamos mirarnos al espejo y preguntarnos: ¿por qué somos así?, ¿por qué usamos nuestros súper poderes para destruir otras mujeres? 

Lo bueno de estas preguntas es que tienen una respuesta que explica ese comportamiento extraño que siempre hemos tenido y que pareciera que no tiene fin (pero sí lo va a tener, es algo que quiero creer), y no es cualquier respuesta, es una respuesta científica.  

Vámonos unos miles de años atrás. Resulta que el ser humano, desde la era primitiva, siempre ha tenido un comportamiento particular de eliminar cualquier tipo de amenaza o competencia; los hombres lo hacían por medio de los puños y de alardear con algo mejor que los otros y por eso se construían mejores casas y armas. Hoy en día no cambia mucho la cosa, se siguen yendo a los puños, hasta por un partido de fútbol en el que siendo sensatos no se sabe quién es mejor que quién.  En cuanto a la parte de alardear, siguen igual, andan en mejores carros, con mujeres más voluptuosas y ese tipo de cosas.  

Las mujeres actuamos diferente, nuestro cerebro evolucionó un poco más y no lo digo yo, lo dice la ciencia. Aprendimos a analizar por medio de la asociación y así fue cómo nos dimos cuenta que si nos íbamos a los golpes podíamos morir y por consiguiente moriría nuestra cría, entonces por instinto protector decidimos no pelear y como no éramos las que trabajábamos pues no íbamos a alardear con nada, entonces decidimos que era mejor desarrollar nuestras habilidades mentales para atacar a nuestras amenazas (en su mayoría las otras mujeres), en dónde más les duele, en la autoestima. Aprendimos desde tiempos prehistóricos a quebrantar el alma y los sentimientos de nuestras potenciales “enemigas”. ¡Qué genios somos! 

Este comportamiento se llama Agresión Indirecta y se trata de atacar sin dejar rastro y hoy en día es más conocido como “Wollying” (Woman + Bullying). Y no, no hay “Menllying” porque ellos hacen agresión directa, o sea hacen Bullying; por eso es que cuándo nos preguntan que por qué fuimos injustas, las respuestas son algo así como: “¿Yo? ¡Nunca!”, “Te lo debes estar imaginando”, “¡Ay! Era molestando” y ponemos hasta la pobre víctima a dudar. 

¡Pero hay una buena noticia! Y es que científicamente también está comprobado que las mujeres podemos ser muy buenas y que nuestro cuerpo lo sabe. Nuestro “cableado” en el cerebro funciona diferente al de los hombres, y nuestras hormonas, especialmente la dopamina, nos premia con placer cuando actuamos bien; ante cualquier comportamiento prosocial o compasivo, nuestro cerebro responde de la misma forma que cuándo nos comemos un chocolate o nos damos besos con esa persona especial. 

Lo malo es que a pesar del buen funcionamiento químico del cuerpo y sus buenas intenciones, casi siempre nos dejamos llevar por el instinto porque al fin y al cabo somos animales, pero si hemos luchado contra ideologías como el racismo y la esclavitud, y las mismas mujeres juntas logramos el derecho al voto más unos beneficios extra hace 60 años, luchar contra el Wollying no es una tarea que no podamos hacer. 

Como iniciativa para luchar contra el Wollying, he creado el “Wopporting” (Woman + Supporting) que más allá de una palabra, es un concepto que nos recuerda que cuando nos apoyamos entre mujeres llegamos muy lejos, que cuando vemos la luz en la otra mujer y la unimos a la nuestra, brillamos más que nunca, que cuando nos unimos hacemos magia. 

Wopporting es un movimiento que nos invita a ponernos en la tarea de ver algo bueno en cada mujer que conozcamos y hacérselo saber, es un acto de rebeldía en contra de esa maldita costumbre de estar criticando todo el tiempo, es un recordatorio de que vinimos a este mundo a apoyarnos y no a competir, el Wopporting es lo que nos reafirma que las mujeres unidas, de sexo débil no tenemos nada.