ILUSTRACIÓN POR YARA THIRIAT @YARATHIRIAT

Escrito por nuestra Lola invitada, Mabel Moreno @MabelMoreno1

Seguramente usted se encuentra así porque se metió con quien no debía. Algún tipo encantador de mujeres, ese que sabe decir la palabra adecuada en el momento exacto, que tiene un gran sentido del humor, se viste bien, huele delicioso; seguramente toca algún instrumento y, para rematar, está más que bueno. Puede tener alguna de las cualidades antes mencionadas o no, pero a mí me gustaría denominar al sujeto como: el pendejo en moto. Sí, claro, porque el Man anda en moto. Usted está leyendo este artículo porque el pendejo en moto la dejó.

Primero  dejó de likearle sus fotos, después los mensajes por chat eran menos frecuentes,  hasta que después de un tiempo el gran pendejo en moto se abrió del parche y llegó la tusa.

Consejos para sobrevivir la tusa:

  1. Sea consciente de que, contra todo pronóstico, usted no se va a morir… Al menos no por esto.
  2. ¡Vívala! Abra esa herida y póngale limón, alcohol no porque uno borracho y “entusado”  la caga “pior”.
  3. Ponga cuanta canción corta vena conozca . Por ejemplo: El último adiós de Paulina Rubio, Hasta que te conocí de Juan Gabriel  Cuando nos volvamos a encontrar de Carlos Vives, Someone like you de Adele.

 

Hecho todo esto llegaremos a los siguientes puntos:

  1. Llore, llore todo lo que tenga que llorar, llore como si no hubiera un mañana… llore, berree, solloce, pero llore (hidrátese en el proceso).
  2. Báñese. La tibieza jamás ayuda a nada. Y depílese, ¡de por Dios!
  3. No beba licor. Eso no cuenta como hidratación, y si lo hace estará “entusado” y “enguayabado”.
  4. Acuérdese de lo malo, no de lo bueno. No se ponga a pensar en “como bailaba de sabroso” o de los “besos dobla rodilla”. No. Acuérdese de aquella vez que usted al regresar del baño lo vio anotando el celular de alguna “cualesquiera” o de ese día en el que usted le pregunto “¿Estoy gorda?” y se demoró 3 segundos en responder.
  5. Sepa que ya pasará. No hay “tusa que dure cien años ni cuerpo que la resista”. Pero, sobre todo, aprenda a confiar en su instinto. Por más guapo, encantador, aparentemente buena onda que parezca, si su intuición le dice que es un pendejo, hágase caso y ahórrese “tusas” venideras.