
No, la vulva no es un “pene insuficiente”, tampoco es un “intento de pene”, y mucho menos es un simple agujero.
Ilustración por Verónica Escobar

ES UN HECHO QUE AUNQUE LA VULVA ES OMNIPRESENTE EN NUESTRA CULTURA GRACIAS A LA INDUSTRIA PORNOGRÁFICA Y MÉDICA, EN PLENO AÑO 2020 HABLAR DE ELLA, YA SEA DE FORMA ENCARNADA, GRÁFICA O SIMPLEMENTE VERBAL, SIGUE SIENDO SINÓNIMO DE ESCARNIO PÚBLICO.
LOLAS
La mutilación genital femenina (MGF), según la Organización Mundial de la Salud, comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos.
Sin lugar a dudas, es una práctica que viola los derechos humanos de las mujeres y niñas. ¿Pero qué pasa con esas mutilaciones genitales que también se dan de manera simbólica en nosotras? ¿Cuáles son esas que, aunque no representan explícitamente un daño físico, sí acarrean maltratos sicológicos? Veamos:
Contentarnos con que la eyaculación femenina es una simple leyenda urbana
No, no es mentira y tampoco es un problema de continencia como se creía anteriormente. La eyaculación femenina sí existe, aunque no debería ser el único objetivo cuando se tiene un encuentro sexual.
Otro punto que hay que tener claro, es que lograrla, no se relaciona necesariamente con tener un orgasmo.
El hecho de que la representacion explícita de la vulva siga siendo motivo de burla o ridiculización:
¿Inmadurez o ignorancia? Ambas. Pero es un hecho que aunque la vulva es omnipresente en nuestra cultura gracias a la industria pornográfica y médica, en pleno año 2020 hablar de ella, ya sea de forma encarnada, gráfica o simplemente verbal, sigue siendo sinónimo de escarnio público.
El seguir pensando que la única masturbación socialmente aceptada, es la masculina:
¿Las mujeres se masturban? Sí.
¿Las mujeres ven porno? Sí.
¿Por qué? Porque es necesario, nos gusta, queremos y podemos.
Seguir viendo la masturbación como un tabú, solo nos lleva a tener relaciones sexuales menos satisfactorias, porque no nos damos la oportunidad de auto explorarnos y conocer qué nos gusta y qué no.
El seguir normalizando que llamen a nuestras vulvas con sobrenombres despectivos
O lo que es peor aún, son muchos los que todavía no saben cómo nombrarla y prefieren no hacerlo.
No, la vulva no es un “pene insuficiente”, tampoco es un “intento de pene”, y mucho menos es un simple agujero.
Y esto sucede en el mejor de los casos. ¿Cuántas terminaron por acostumbrarse a que la llamen “chocha”, “cuca”, “cosita”, “sapo”? Y eso que los apodos pueden ser infinitos porque varían dependiendo de la cultura o del lugar en el que se esté.
Anular tu propio placer para darle más importancia al de tu pareja sexual
No, el sexo ni tiene un único fin reproductivo, ni tampoco se trata de ”dejarse follar”. Son muchas las mujeres que a pesar de no estar disfrutando, sentirse incómodas o incluso estar pasándola mal, continúan hasta esperar a que su pareja acabe.
En el sexo el placer debe ser mutuo, ¡no le restes visibilidad a tu clítoris!
Related posts

Un newsletter para que comiences tu semana llena de inspiración.