ILUSTRACIÓN POR ALEJANDRA MAYA @DIBUJITOSDEFRESA

Escrito por Lola Mulata

Me cogió Fin de Año es sinónimo de: “me cogió el 2016 y me cogió muy duro”. A lo gringo sería: New Year’s Eve fucked me up! -los bilingües entenderán con el tono en el que se pronuncia dicha frase: con fuerza, como si se estuviera pariendo-. Este año no es la excepción. Pasaron 12 meses fugaces e imperceptibles mientras traté de hacer tregua con la dieta en vacaciones de junio, mientras ahorraba para ese viaje planeado desde el 2014, mientras pasaba la tusa del ex bizcocho del año anterior, mientras trataba de ponerle chulito a los pendientes y planes que había dejado como meta para este año.

No los cumplí, fracasé porque ya es 31 y eso significa: no tienes tiempo para enmendar lo omitido en el año. Adiós dieta, adiós viaje de sueños, -ni se te ocurra ex bizcocho volver con sentimentalismos, estás a un mes de ser chuleado, superado y desechado-, adiós lista por cumplir en el 2016.

Mientras pienso nuevas metas para el 2017, mi último mes, la última oportunidad que tuve para satisfacer la famosa Wish List, la desgasté en:

  • Noviembre wanna be: Halloween ni había terminado y Medellín ya estaba infestado por el espíritu de Navidad (más adelantados que las niñas de 15 años con más mundo que mi vida sexual).
  • Armar Navidad con mi mamá. ¡Polvo, polvo y más polvo! Y no de los buenos polvos. En vez de un bizcocho que me dejara exhausta, lo reemplazó un panzón barbudo con olor a guardado que me dejó la gripa infaltable de diciembre y me recordó la figura que obtendría a final del mes. Imagínense cómo estoy ahora.
  • Adiós poquitos ahorros. Otro mes de QUIEBRAS y DEUDAS (en mayúsculas porque recibiré en saldo rojo el 2017) con los papás para comprarle el regalo a la familia y a las lolitas.
  • El verbo de moda: tragar e ingestar. Comer toda la grasa y dulce que Navidad ofrece dadivosamente -léalo con cinismo-. La dieta consistió entonces en buñuelos, empanadas, ojuelas, manjares, natilla y cualquier cosa con la etiqueta FAT que se les ocurra.
  • Organizar los 10 meses pasados que dejé acumular en la pieza: regalar ropa vieja, ordenar el escritorio, descogerle al blue jean que gracias al universo lo hize porque ahora respiro sin aprietos en mi estómago, romper las cartas del ex bizcocho, entre otros.
  • Pasar horas y horas en los centros comerciales atiborrados de gente endeudada, niños y ruido.

Y lo más dramático, triste y absurdo es sentarme de nuevo a redactar y reescribir los sueños que esperan materializarse por fin al año siguiente. Fin de Año significa hacer balance, rendirse cuentas y autoregañarse por dilatar lo prometido en un papel. Así que Lolitas, cumplamos la tarea de no decepcionarnos la próxima Navidad y recibámosla con menos películas y más chulitos cumplidos.

Después del Drama, luego existo recuerden lo bonito de estas fechas: la familia, los regalos, la cocina de la abuela y la mamá y los bizcochos estrenosos y ganosos en desear unas felices fiestas en el buen sentido de la palabra. Pero eso sí, desde ya Lolitas a pagar gimnasio porque con la Reforma Tributaria pareciera que el Estado nos quiere dejar a todos como el único gordo que ha logrado caber por una chimenea.