Lo que hemos aprendido de la cuarentena

Ilustración por Camila Villota

ESPERO QUE SEAMOS MUCHOS LOS QUE ESTEMOS APRENDIENDO EN ESTA CUARENTENA Y QUE EN CUANTO TODO ESTO PASE, NO SE NOS OLVIDE.

PAMELIA CASTILLO

Para algunos van 10 días en cuarentena, para otros van 20, y en otros países como Italia, ya llevan más de un mes sin salir de casa.

Han sido días en los que nos piden distancia cuando estamos acostumbrados a estar en oficinas, con amigos, pero siempre uno cerca del otro. Nos piden encierro, cuando muchas veces nos pica la casa. Nos piden prudencia y calma, a pesar de ser una situación angustiante.

Es una situación que nos llena de temores, ansiedad, frustración y de quién sabe cuántas más sensaciones confusas, pero decidí pensar que todo esto tiene algo bueno.

Tal vez sea poco tiempo para aprender algo, pero creo que es una situación que nos ha sacado tanto de la zona de confort, que con poco tiempo nos ha traído grandes enseñanzas, o por lo menos a mi sí, y creo que es un buen momento de compartirlas.

1. A no dar por sentadas las cosas

No sé si así se diga en todas partes, pero por lo menos en Medellín, dar por sentado algo, es acostumbrarnos tanto a lo que tenemos que ya no nos esforzamos por mantenerlo o no lo ponemos en duda porque nos sentimos muy seguros de tenerlo. Pensamos que tenemos el control del tiempo, de los días y de la gente; y la vida, una vez más, nos muestra que de un día para otro, todo cambia.

Decimos “nos vemos la otra semana”, como si esto fuera ley y tuviéramos asegurados los días. Créanme que si yo supiera que el abrazo que le di a mi mamá hace unas semanas iba a ser el último que le iba dar quién sabe en cuánto tiempo, la hubiera abrazado otras 5 veces, de forma más presente, más consciente. Pero como dicen por ahí, “el hubiera” no existe, así que con esta situación no nos queda más que mirar para adelante y aplicar lo que aprendemos desde hoy.

Como diría Steve Jobs, a vivir cada día como si fuera el último, aprovechando cada momento como si nunca existiera otro igual; abrazando con todas las ganas, demostrando lo mucho que queremos a lo que nos rodean y sacándole jugo hasta al viento que entra por la ventana.

2. El valor de un beso o un abrazo

¿No les ha pasado que en este momento alguien hace algo por ustedes y lo primero que quieren hacer es ir a abrazarlo/a? Pero ya saben, no se puede. Creo que muchas veces damos abrazos sin sentirlos y es justo en el momento en el que nos los quitan, en el que recordamos lo importante que es darlos con fuerza. Como todo en la vida, que aprendemos a valorar tal vez cuando es muy tarde.

3. Un día a la vez

Esta frase ya hace parte del paisaje… árboles, montañas, pajaritos y esta frase. Pero, creo que esta situación lo que está haciendo es sacarla del paisaje y enseñarnos a vivir así, disfrutando el presente.

Cada día sale una noticia nueva que cambia nuestra rutina y no sabemos si esto va a durar otros veinte días, tres meses o un año, así que todo lo que tenemos es el presente para aprovecharlo como mejor podamos. Con esto no quiero decir que cada día tenga que ser productivo o positivo, se vale echarnos en la cama y llorar, se vale sentirnos tristes. La clave está en vivir cada día con todos los sentidos, disfrutarlo como sea que llegue.

4. Reencontranos con nuestras familias y con nosotras mismas

Unos viven con toda su familia y se ven poco, otros viven solos y les cuesta quedarse con ellos mismos. En este momento la vida nos está re-enseñando a disfrutar momentos en familia, a aprendernos a escuchar, a decir lo que pensamos, a respetar el espacio de los demás, y lo más importante, a aprender a estar con nuestra soledad.

Por más series que veamos o por más que hablemos por whatsappsiempre va a llegar un momento del día en el que estamos con nuestra mente y con nadie más. Aprender a escucharla y a sentirnos cómodos con ella, es uno de los retos más importantes de esta época.

5. Bajar el ritmo

La vida, para muchos, se volvió una carrera contra reloj. De la casa salimos al gimnasio, de ahí a la oficina, luego un par de reuniones y corremos a almorzar rápido aunque al final llegamos tarde a la oficina para estar en frente del computador y finalizar el día en una cena rápida con la familia, solos o con amigos. Luego la serie de Netflix, así sea un capítulo, o un libro y a dormir para volver a hacerlo todo de nuevo.

La vida se volvió una carrera por cumplir una cosa tras otra, dejándonos sin tiempo ni de respirar. Ahora la vida nos está diciendo que paremos, que hay tiempo para todo y lo mejor es que nos lo está dando.

6. Cambiar prioridades

Llevamos cientos y miles de años girando en torno a la economía. El éxito se mide según el nivel de ingresos que tengas y, aunque hay muchas personas enseñándonos lo contrario, este patrón es el más usual.

Ahora la vida nos está enseñando que no necesitamos tantas cosas y que podemos ser felices y estar bien con lo básico. La ropa linda no importa porque vivimos en pijama; las salidas a lugares super cool o vacaciones en lugares paradisíacos, mucho menos porque no podemos salir. Lo que más importa es tener lo más básico, que con hacerlo ya lo tenemos todo.

7. Pensar en los demás

Creo que de las cosas más bonitas que nos está dejando esta situación es que por primera vez en la vida (o por lo menos en mis 35 años de vida), el planeta entero está viviendo la misma situación y eso nos hace ser más compasivos, empáticos: pensar más en el otro y buscar formas de ayudarnos.

Personalmente nunca había visto tantas cuentas en Instagram creadas con el fin de ayudar a las personas de bajos recursos ni tantas nuevas organizaciones dando ayuda de forma desinteresada. Es la primera vez que veo mucha solidaridad y eso se contagia más que el mismísimo virus.

La vida está cambiando, claramente, y nos está cambiando y eso me gusta. Por el momento solo espero que seamos más los que estemos aprendiendo cosas buenas y que en cuanto todo esto pase, ojalá pronto, no se nos olvide.